10 . FINAL DE VERANO
Hay un final de verano, en las olas de mi mar.
Un calor que es mío y diferente.
Que he extraído y sintetizado, como si savia fuera,
de los abismos formidables de los momentos.
De las andanzas por lugares solo míos
que recorrí de manos dadas con un fado
mucho más grande que mi destino.
De andanzas que ahora son ya caminos.
Hay, sí, un final de verano, en las olas de mi mar.
Pero ya soy Otoño.
Caliente, todavía, y cargado
con todos colores de Verano.
Sin hojas sueltas corriendo por el suelo, marchitas,
arrastrándose sobre las piedras lisas
con el sonido grave del fuego crepitando en las hogueras.
Porque mis hojas, son sueños que el viento lleva y,
a cada una, mi pasión desmesurada:
- mi grito de amor que nada, nunca, igualará.
Por eso, mis hojas irán teniendo de mí más que yo mismo.
Me llevarán en todos los poemas que yo alcanzar a ser,
y tal vez por mí enciendan estrellas, raras,
sembradas únicas como diamantes,
que darán voces a madrugadas y silencios.
Encenderán lunas y sombras cómplices.
Eternizarán brillos de vela, en lindos ojos,
serán como raíces de memorias en flor
flanqueando veredas de tiempo.
Arenas calientes en ensenadas de plata incontrastada.
Bosques de gestos frondosos, rigiendo un enorme concierto
de miles de ternuras sutiles, sincronizadas
por las partituras volátiles de los momentos…
Tal vez por eso, aquel tronco desnudo allá adelante,
como un maestro, pararrayos de la extrañeza,
yergua sus brazos, rigiendo bajo la luna plateada
el coro siempre algo profano
de las descubiertas ya hechas.
(imperceptibles en la noche del desierto, propagándose,
dunas y velos diáfanos, toques de sedas y terciopelos,
respiraciones pesadas, narinas de camellos
caminando silenciosamente… )
Y por eso,
quien sabe se solamente por eso,
jamás seré Invierno…
COPYRIGHTHENRIQUEMENDES/2017
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